Saber Hacer
Después de mirar, viene el hacer.
Pero el hacer no es “entrenar órdenes”. Es acompañar procesos.
En la escuela humana, la acción tutorial busca personalizar la educación y garantizar el desarrollo integral de cada alumno. En el ámbito canino, ese mismo principio se traduce en una acción educativa adaptada al perro: individualizada, empática y coherente.
Cada perro necesita su propio “Plan de Acción Tutorial”: un plan de vida que tenga en cuenta su carácter, edad, ritmo y contexto.
No hay un método único, hay un acompañamiento diseñado para él.
Objetivos del Saber Hacer:
Personalizar la educación para cada perro.
Favorecer su desarrollo emocional, social y cognitivo.
Fomentar la autonomía y la calma.
Prevenir problemas de conducta antes de que aparezcan.
Promover la comunicación y el vínculo con su familia.
La empatía y la motivación son las dos palancas de cambio en toda educación.
Un perro motivado aprende con alegría. Un perro comprendido confía.
Por eso, cuando educamos con respeto, no necesitamos imponer: basta con ofrecer claridad, coherencia y refuerzo positivo.
Saber hacer también implica planificar:
Observar, evaluar y adaptar las rutinas según su evolución.
Integrar momentos de juego, descanso y aprendizaje sensorial.
Acompañar las etapas críticas con paciencia (miedos, adolescencia, duelo).
Como en la tutoría educativa, el papel del guía canino es el de referente estable, que acompaña tanto al perro como a la familia, ayudando a comprender el porqué de las conductas y enseñando cómo comunicarse mejor.
Educar es crear un clima de aprendizaje emocional, no un campo de batalla.
Inma Díaz